La Agencia Europea de Seguridad Aérea (EASA)
anunció este miércoles que examinará el riesgo de colisión
entre aeronaves y drones, ante el uso
creciente de estos dispositivos voladores no tripulados.
Un
grupo de trabajo formado por fabricantes aeronáuticos estudiará las
“vulnerabilidades de los aviones”, incluyendo sus parabrisas y fuselajes,
indicó la EASA en un comunicado.
Este grupo también “revisará hechos relevantes” y analizará
estudios ya existentes sobre colisiones entre drones y aeronaves.
Los
resultados de esta comisión serán publicados en julio y se celebrará un
encuentro para discutirlos.
El año pasado, la agencia anunció que estaba
desarrollando una nueva regulación sobre el uso de drones, en
un intento por limitar el riesgo de choques con aviones.
Se
trataría de una “combinación de medidas”, que incluiría la obligación para los
aparatos de “operar en la línea visual, volar por debajo de los 150 metros de
altura, estar equipados con identificaciones y funciones de geolimitación, y
estar registrados”, indicó.
Bajo estas mismas reglas, el pilotaje de drones cerca de
aeródromos también requeriría una autorización especial.
En un
momento en que el uso privado de drones va en incremento, las autoridades
quieren evitar a toda costa un accidente.
El mayor riesgo al que se expone un avión es un eventual choque
contra los motores a reacción, porque las baterías de los
drones contienen litio, un elemento altamente inflamable.
El mes
pasado, un dron que volaba a más de 2.000 metros de altitud se acercó a un
avión de Aer Lingus cuando éste llegaba al aeropuerto de Roissy-Charles de
Gaulle de París.
Una agencia británica de seguridad, Airprox Board, advirtió el
mes pasado de que entre abril y octubre de 2015 hubo
23 ocasiones en las que estuvo a punto de producirse una colisión entre un dron
y una aeronave.
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