Una micronación es una entidad constituida como un
nuevo proyecto de país o un país modélico que sostiene ser una nación o estado
independiente pero que carece del reconocimiento de los gobiernos mundiales u
organismos internacionales y que solo existe en papel, en Internet o en la
mente de su creador, a diferencia de los movimientos de autodeterminación
o de los estados con reconocimiento limitado con una
independencia de facto, que sí cuentan con algún tipo de reconocimiento
internacional y relaciones diplomáticas con otros estados soberanos.
Las micronaciones se forman por pequeños grupos de personas, a veces por
una pequeña familia. Raramente tienen más de unos pocos cientos de miembros, y
la gran mayoría no tienen más que uno o dos participantes activos. A diferencia
de los países imaginarios y de otros grupos sociales (como ecoaldeas, clanes o sectas),
expresan un ferviente deseo al reconocimiento internacional de cierta soberanía
sobre un territorio físico, es por ello que pueden existir tanto en
pequeños espacios físicos, como en sitios mitológicos o ser virtuales en Internet.
En este sentido, incluso algunas micronaciones expenden instrumentos como
pasaportes, sellos y moneda, y confieren títulos y premios, pero estos
instrumentos no son reconocidos fuera de sus propias comunidades de interés.
Por otra parte, las micronaciones no deben confundirse con los microestados, que son estados soberanos
reconocidos legítimamente.
El estudio académico de las micronaciones, microestados, y gobiernos alternativos es
conocido como micropatrología; y el pasatiempo de establecer y operar
micronaciones es conocida como micronacionalismo.
Motivaciones
Entre los motivos para la creación de una micronación tenemos el
realizar experimentos teóricos sobre cómo organizarse los estados, también
divertimentos cómicos, fruto de una expresión de enfado y frustración, o para
realizar una pantalla para ocultar actos delictivos.
Estatidad
En derecho internacional, las dos escuelas de pensamiento de
lo que constituye un estado están representadas por las
teorías constitutiva y declaratoria la creación del estado soberano.
La teoría constitutiva fue establecida en la Paz de Westfalia y
el Congreso de Viena.
En la teoría constitutiva la satisfacción del estatus de estado por
parte de un estado emergente requiere el prerrequisito del reconocimiento por
parte de estados prexistentes, para formar parte de la comunidad internacional.
La teoría declaratoria fue definida en la Convención de
Montevideo sobre derechos y deberes de los estados, que establece un
criterio para la definición de estado en el artículo 1: El estado como persona de Derecho Internacional debe reunir los
siguientes requisitos:
I. Población permanente.
II. Territorio determinado.
III. Gobierno
IV. Capacidad de entrar en relaciones con los demás estados.
artículo 1 de la Convención de Montevideo sobre Derechos y Deberes de
los estados
El primer párrafo del artículo 3 de la Convención de Montevideo
explícitamente dice que: «La existencia política del estado es independiente de
su reconocimiento por los demás estados».
Respecto al criterio de población permanente se supone su
intencionalidad de habitar un territorio de forma permanente, y que el
territorio sea habitable. En cuanto al criterio de territorio definido y determinado
no se prescribe un territorio mínimo y aunque no se prescriben unas fronteras,
el estado debe clarificar el ámbito territorial reclamado. En cuanto al
criterio de Gobierno, no se prescribe un tipo específico sino la efectividad
para poner en marcha una maquinaria organizativa para ejercer autoridad sobre
la población del territorio. Finalmente, en cuanto a la capacidad de entrar en
relaciones con los demás estados se refiere a la potencialidad técnica y
financiera para de un estado para representarse en sus relaciones con los demás
estados, aunque sea de forma delegada por otro estado.
Según la teoría declaratoria, el estatus de estado se adquiere por los
hechos sin necesidad de reconocimiento por parte de los estados preexistentes,
de modo que el reconocimiento de un estado emergente por el resto de estados es
un mero acto simbólico ("declaratorio") de reconocimiento de que el
nuevo estado ha satisfecho los criterios del estatus de estado. Es este el
criterio que mantuvo el Comité de Arbitraje de Badinter el 29
de noviembre de 1991 al establecer que el reconocimiento de otros estados es
meramente declaratorio.
Sin embargo, ni una ni otra teoría son absolutas en cuanto a la práctica
internacional. La práctica internacional ha establecido que los cuatro
criterios de la Convención de Montevideo están supeditados al contexto y modo
en el que la reclamación de estatus de estado se hace, pero además esos
criterios deben ampliarse con el reconocimiento internacional, ya que no se
puede reclamar ser un estado de forma realista sin los correspondientes
derechos y obligaciones del resto de estados preexistentes deben cumplir con el
estado emergente; también con la observancia de las normas legales
internacionales, como no usar la fuerza para crear nuevos estados o extender el
territorio de un estado; y también con la membresía en la comunidad
internacional a través de organizaciones regionales e internacionales, convenios
multilaterales y asociaciones intergubernamentales.
Con estas premisas, las micronaciones tratan de adoptar los rasgos
identificativos de la estatalidad para asemejarse a los estados soberanos, de
esta forma, las micronaciones tienen pocos habitantes y reclaman un territorio
reducido, aunque sea el jardín de su casa, crean instituciones de gobierno en
miniatura e instituyen parafernalia simbólica que les permita asemejarlos a los
estados soberanos como disponer de bandera, himno, moneda y sellos postales,
incluso emitir pasaportes, redactar una constitución, o buscar alguna forma de
reconocimiento. Sin embargo, ninguna obtiene reconocimiento por parte de
ningún estado soberano.
Un antecedente importante de las llamadas micronaciones es el Principado
de Elba, creado en el territorio de la isla de Elba para que fuera regentado por Napoleón
Bonaparte, cuando, a su vez, servía de lugar de exilio. La isla en este
período no era esencialmente una nación, pues estaba supeditada al control de los
enemigos de Bonaparte y su creación no fue producto de las aspiraciones de los
habitantes de la isla.
En 1820 el aventurero escocés Gregor MacGregor autodeclarado cacique
de Poyais,
una nación ficticia ubicada en la costa de Mosquitos, logra engañar
a varios inversionistas y colonos ingleses atrayéndolos a su supuesto país,
solo para descubrir un pantano.
Las primeras micronaciones organizadas como nación-estado aparecerían
desde el siglo XIX. Algunas serían fundadas por oportunismo, como el Reino
de la Araucanía y la Patagonia creado en 1860 por el francés Orélie
Antoine de Tounens.
Durante el siglo XX aparecerían nuevas micronaciones, algunas como
resultado de "errores" en tratados históricos como el Principado
de Seborga, una ciudad-estado en la región italiana de Liguria, cerca del
sur de la frontera con Francia, cuya historia comienza en la Edad Media.
En los años 60 y 70 surgen varias micronaciones. En 1967 sobre una vieja
plataforma petrolífera es creado el Principado de
Sealand, micronación que sería la primera en lograr cierto tipo de
reconocimiento. Le seguiría la Isla
de las Rosas, una plataforma de 400 metros cuadrados construida en 1968 en
aguas internacionales de la ciudad italiana de Rímini, en el mar
Adriático, la cual imprimió sellos y declaró el esperanto como
idioma oficial. Sin embargo, poco después de su formalización, la marina de guerra
italiana la invadió y destruyó.
Desembarco en la República de Minerva.
La República de Minerva, un proyecto libertario logra
establecer una isla artificial en los arrecifes de Minerva al sur de Fiyi en
1972 para terminar siendo invadida por Tonga, que finalmente la anexaría.
Aparecerían otros ejemplos que no pasarían de ser micronaciones virtuales,
existentes solo en el mundo digital.
Seguirían apareciendo otros casos como la región separatista de Hutt River, se declara independiente en
1970, cuando el australiano Leonard George Casley declaró su granja propiedad
independiente después de una disputa por cuotas de trigo, logra obtener cierta
autonomía de Australia sustentada en recursos legales. La República
de Molossia fundada en 1999 por el norteamericano Kevin Baugh cerca de
Dayton, Nevada, en los Estados Unidos de América. Hasta un personaje de la
televisión británica, Danny Wallace en 2004 intentó y falló al crear una nación
llamada Lovely en
su piso al Este de Londres, como parte de la serie de la BBC TVHow to Start
Your Own Country.
Impacto
de Internet.
Muchas micronaciones pasaron de ser simples curiosidades a casos de
estudio gracias al uso del Internet, los gobernantes de dichas entidades han
usado esta herramienta para promover el turismo, el cual es en muchas ocasiones
la principal fuente de ingresos, pero también para conseguir notoriedad y
establecer una representación oficial. Gran número de micronaciones
territoriales al viejo estilo, incluyendo la provincia de Hutt River y Sealand, mantienen sitios web que sirven en
gran parte para dar a conocer sus reclamaciones y promocionarse. Estas dos
mencionadas anteriormente son micronaciones que reclaman su derecho a obtener
estatus de estado en otras entidades internacionales, y no meras cibernaciones
o países creados sólo en Internet.
Otro tipo de fenómeno apareció, el de las micronaciones
virtuales, entidades que solo existen en la Internet y que no poseen un
territorio físico. Esto último como un hobby y no como algo más serio.
Frontera de Estados Unidos con la República de Molossia.
Ha habido una pequeña pero creciente atención hacia el fenómeno de las
micronaciones en los años recientes. El mayor interés en los círculos
académicos ha estado en el estudio de las situaciones de aparentes anomalías
legales que afectan a entidades como Sealand y la provincia de Hutt River,
investigando cómo algunas micronaciones representan ideas políticas
fundamentales y en la creación de entidades que representan su papel para
propósitos institucionales.
También los líderes de las micronaciones, quienes se han convertido en
una especie de celebridad, y cuya vida y obra ha llegado hasta las páginas de
los principales periódicos del mundo.
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